KIELA

Queremos ayudarte a cumplir tus deseos

KIELA fue una creación de Jan Kiela. La empresa se estableció el 16 de octubre de 1939 en Rotterdam. El 23 de octubre de 1941, Jan se casó con Evelien Hess. Ella apoyó con éxito a su esposo en la expansión de su negocio. Principalmente su negocio se centró en actividades de instalación y trabajo de metales. Platos de bombones, ceniceros y hornos metálicos constituían la producción inicial.

En 1950, Kiela se asoció con una empresa de cosmética capilar. A través de esta asociación, los muebles de peluquería se agregaron a la gama de producción. El consiguiente aumento de las actividades de producción significó la necesidad de trasladarse a una nueva ubicación. Jan Kiela compró un antiguo molino de cereales en Driebruggen y decidió convertirlo en una fábrica.

La calidad ha sido tradicionalmente una punta de lanza de Kiela. Gran parte de la fabricación y el montaje se realiza en nuestra propia fábrica. De esta manera mantenemos el control sobre nuestros productos, desde el boceto hasta el producto final. La atención a la ergonomía y la comodidad siempre ha sido un punto de partida para Kiela. Por último, en la peluquería, no solo los muebles deben durar años, sino que el personal también debe poder trabajar agradablemente. ¡Nuestros muebles están hechos para durar años y eso, por supuesto, beneficia a nuestro planeta! En nuestros productos procesamos principalmente productos semiacabados de empresas de renombre de los Países Bajos y países vecinos. De esta forma conocemos aspectos como la legislación medioambiental y las condiciones laborales. ¡El diseño lo es todo! Sabemos mejor que nadie que el salón es la tarjeta de presentación del peluquero y debe coincidir con el estilo y la personalidad del peluquero y con el espíritu de la época. Por eso estamos constantemente diseñando muebles innovadores. Con nuestros ingeniosos diseños de suelo holandés, somos parte de Dutch Design. Diseño distintivo y bien pensado, pero con el "aspecto y la sensación" adecuados. Nuestros ambiciosos diseñadores conocen el mercado de principio a fin y tienen la capacidad de empatizar con los peluqueros y los clientes, sin hacer concesiones a la comodidad o la calidad.